A Javier Castaño e Iván Fandiño, protagonistas de uno de los “mano a mano” del ciclo de Julio, les une un vínculo común: su compromiso con la autenticidad de la Fiesta Taurina. De Castaño se puede decir, además, que es una de las revelaciones de la temporada con el hito de los seis toros de Miura que estoqueó en Nimes. En el caso de Fandiño, ha pasado a convertirse en una realidad cuyo último aldabonazo ha sido la salida en hombros en Pamplona.
El “mano a mano” que protagonizarán el viernes 27 de julio, primero entre ambos, se prevé intenso. Castaño ha apostado, como se vio en las pasadas Fallas, por lucir al toro aunque, en ocasiones, pueda ir detrimento de sí mismo. Esto supone un aliciente para el espectador porque puede ver, como ocurriera en el pasado San Isidro, cómo se ejecuta la verdadera suerte de varas. Pero, al tiempo, ha ido adquiriendo el matador de toros salmantino una técnica que le permite gustarse con las ganaderías “duras” en las que está anunciado y ver otro tipo de lidia a la que se desarrolla habitualmente.
Castaño lo está viendo claro y, a pesar de las dificultades que tiene que ir sorteando, se le ve a gusto en la cara del toro gracias a su inteligencia para desentrañar los resortes de esa lidia compleja.
Iván Fandiño ofrece autenticidad en un concepto de toreo que sigue creciendo según discurren las temporadas. Es el que lleva dentro y con el que está dispuesto a seguir: el de siempre, el clásico, aquel que se sustenta en la verdad en los cites y en la entrega durante la lidia. Reciente está en el recuerdo su tarde de Fallas frente a los toros de Fuente Ymbro.
Exigente con la muleta, citar adelante y la lleva rastrera para que las embestidas tengan más profundidad. La sinceridad que quiere para su toreo se la reclama también al toro en sus acometidas. De ahí que sus éxitos tengan adherida la entrega propia del toreo profundo.
Javier Castaño e Iván Fandiño: dos toreros poderosos que rivalizarán en la Feria de Julio en un “mano a mano” que promete emociones por el momento que ambos atraviesan y por cómo está discurriendo la temporada en las ganaderías de Alcurrucén, Adolfo Martín y Fuente Ymbro.
LOS TOROS, EL OTRO GRAN ALICIENTE
Los hermanos Lozano, Adolfo Martín y Ricardo Gallardo han seleccionado, en total, ocho toros para el mano a mano que el viernes 27 de julio protagonizarán Javier Castaño e Iván Fandiño. Éstas son las apreciaciones que, a priori, merecen esos toros para el mayoral de Alcurrucén, Adolfo Martín y Ricardo Gallardo.
De Alcurrucén estaban reseñados, a principios de julio, el cinqueño Chispero-207, “un toro con una familia todavía por definir aunque un hermano de padre y madre fue lidiado en las últimas semanas a puerta cerrada y no fue malo”, explica el mayoral. Sobre Notario-259 afirma que “”viene de buena familia”.
Tres toros había apartado Adolfo Martín. Del cinqueño Madroño-32 explica que “está en el tipo y tengo mucha fe en el juego que pueda ofrecer. Es hermano de Madroñito que ofreció buen juego y que lidió Juan Bautista en el último San Isidro”. Comenta de Aviador-44 que “proviene de una familia clásica en la ganadería, con un semental que proporciona toros con mucho motor”. Del cinqueño Sevillano-15 afirma el ganadero que “es familia de un toro al que Padilla cortó una oreja en Valencia el 26 de julio de 2009”.
En Fuente Ymbro había, a principios de me, tres toros previstos para esta Feria de Julio. Son Flamante-28, “que proviene de una de las reatas más bravas de Jandilla, la que dio el toro Bienvenido que Ponce indultó en Murcia”, confiesa Ricardo Gallardo. De Víbora-128 asegura que “es hijo de un toro indultado en 2006 por Pepín Liria en Baeza”. Sobre Comisario-188 argumenta que “es hermano de Jazmín, un toro que lidió Rubén Pinar en las Fallas de 2011”.
Este formó parte del lote enviado por el ganadero a ese ciclo fallero y que logró el premio A la mejor ganadería. Del análisis posterior –toro a toro- de ese conjunto, en la Revista Oficial de Fallas 2012, ésta fue la valoración que Gallardo realizó sobre Jazmín: “Un toro excepcional, y con trapío. Se le puede situar, perfectamente, entre los 8 ó 10 mejores de la temporada. Un toro de vacas”.